1. El submarino
El submarino es obra del cartagenero Isaac Peral, que fue el primero en crear un proyecto de una nave de inmersión propulsada por corriente eléctrica.
Aunque en un principio se le concedieron 25.000 pesetas para llevar a cabo su proyecto, eso no daba ni para las tres dinamos que usaba el aparato, y al final la broma salió por unas 300.000.
El Peral
La inauguración del submarino en 1888no tuvo el mismo éxito que tendría el autogiro, pues fracasó en algunas de las pruebas que el ejército realizó con él. Sin embargo, qué duda cabe del éxito del invento, que fue especialmente utilizado durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
4. El autogiro
El autogiro es una creación del ingeniero murciano Juan de la Cierva y Codorníu. Este aparato revolucionó el mundo del transporte aéreo, y es que se convirtió en padre del helicóptero moderno.
Un autogiro
El primer vuelo tuvo lugar en 1924 en Madrid, y su presentación oficial, el propio inventor pilotó un autogiro desde Inglaterra a París. Durante el trayecto, el pequeño aparato fue escoltado por un avión de servicio regular, y cuando estaba a punto de despegar el piloto de avión preguntó al ingeniero si le daba algún tiempo de margen antes de despegar, a lo que el murciano respondió cediéndole el paso. Al poco de emprender el vuelo, el autogiro alcanzó los 170 km/h, y aún tuvo que ralentizar la marcha para que su escolta le diera alcance. Lo que decimos, poca broma con los murcianos.
5. Elpa amb tomaquet
Y ojo porque aquí viene la polémica. Algo tan catalán como el pan con tomate, parece ser también una creación murciana. Concretamente es invención de los trabajadores que realizaban las obras del metro de Barcelona hacia principios del siglo XX (es que los murcianos son más de soterrar otras ciudades que la suya).
Según se cuenta, los albañiles, la mayor parte de ellos de origen murciano, emplearon este vegetal para ablandar el pan duro que les daban de comer en los descansos del trabajo.
Este hecho ha sido empleado incluso como argumento contra los independentistas catalanes, porque parece ser que el origen de los creadores delpa amb tomaquetpodría invalidar cualquier intento de construcción de la República catalana.
3. Las armas de destrucción masiva
Manuel Daza Gómez, natural de Alhama de Murcia, fue un reputado ingeniero e inventor, autor de, entre otras cosas, un taladro eléctrico. Su talento le valió un puesto en la Academia de Inventores de París, sin embargo, un invento le hizo caer en desgracia: el toxpiro.
Era el año 1898cuando España acababa de perder lo que le quedaba de su antiguo imperio, y en corrillos y hasta periódicos se temía que Estados Unidos tratase de tomar España por la fuerza. Y es que los españoles se sabían en inferioridad.
De pronto, Manuel Daza se sacó el toxpiro de la manga (que no de La Manga): un sistema capaz de lanzar misiles a grandes distancias que, además se dispersaban creando un caos de proyectiles y que, para colmo, emitían un fuego y gases venenosos capaces de acabar con cientos y miles de vidas en varios kilómetros a la redonda.
Daza recorrió varias instituciones para mostrar su proyecto, y la prensa le dio buen pábulo y cancha para exponer su creación. Sin embargo, nadie compró su proyecto, y nunca pudo demostrar la mortalidad de su invento. Pronto se convirtió en el hazmerreír de España y buena parte del extranjero, pero en inspiración para la creación de otras armas de destrucción masiva.
2. El cajero automático
En el año 1913 un londinense y un ciezano (de Cieza, Murcia) patentaron una máquina que llamaron “autocajero”. La máquina se considera el precedente de nuestros cajeros actuales, pero con una salvedad, solo proveía de monedas.
Sus inventores fueron Bernard Brunton y Luis Anaya, y la primera ciudad que contó con cajero fue, claro está, donde ellos residían: Cieza.
Pero mucho ojo a Cieza, porque allí creció la familia Salmerón, que dio origen a inventos como el flotador Salmerón, una especie de bomba hidráulica que toma su nombre de su inventor, José Salmerón; los celearómetros, aparato dedicado a la medición del peso del cereal, obra de Jerónimo Salmerón; y el dúple telefónico, un aparato que servía para dar servicio a dos teléfonos con un solo cable y evitar escuchar conversaciones paralelas, obra de Pascual Salmerón.
Fuente: https://blogs.publico.es/