Existen numerosas denuncias a la Guardia Civil sobre aeronaves que lanzan yoduro de plata a las nubes para disiparlas y así impedir que llueva en algunas zonas.
El sol y el buen clima son factores decisivos para el turismo español. Mientras tanto, otro sector de la población prefiere las nubes y las lluvias por una sencilla razón: sobrevivir. Los agricultores cada año están más afectados por la sequía, consecuencia del cambio climático y por un factor “misterioso”, las avionetas que controlan la lluvia.
Como si se tratara de una teoría de la conspiración, un día nublado cualquiera, en las que las nubes negras indican que está a punto de llover, se escucha el motor de una avioneta. Minutos después, las nubes se vuelven blancas y desaparecen.
Esta práctica se conoce como siembra de nubes y fue descubierta por Benard Vonnegut al comprobar que el yoduro de plata podía romper los equilibrios internos de las nubes y modificar las precipitaciones. Por ahora, esta técnica sólo se ha demostrado eficaz para incrementar o detener la lluvia, provocar nevadas y minimizar los daños del granizo.
Una realidad a medias
Las avionetas que dominan la lluvia ya son utilizadas por cerca de 40 países, aunque oficialmente solamente se han realizado experimentos en Australia, Israel, Rusia y China
Forma de actuación y cómo distinguirlas
El modo de actuación es sencillo: la avioneta rompenubes sobrevuela por las nubes medias o altas, formadas por cristales de hielo que se encuentran a unos 2.000 o 3.000 metros y cuya temperatura es más baja de 0 º, y lanza yoduro de plata.
Como consecuencia, se incrementa el número de estos cristales de hielo que posteriormente, por choques o coalescencia, se convierten en gotas de lluvia. La función de la avioneta es que llueva en una zona determinada, evitando así que precipite en otro lugar.
Lógicamente, el yoduro de plata, cae junto a las gotas de agua. Pero, a pesar de ser una sustancia química, no supone ningún peligro para el ser humano. “El yoduro de plata debería de lanzarse de forma masiva para que tuviera consecuencias en la salud”, explica el Catedrático en Física Aplicada de la Universidad de Granada y especialista en Física de la Atmósfera, Juan Ignacio Jiménez.
Chemtrails y demás teorías
Por otro lado, algunas voces aseguran que estas avionetas se pueden distinguir fácilmente gracias a la estela que dejan a su paso, llamadas por algunos chemtrails. Según esta teoría sin base científica alguna, la estela de un avión comercial permanece menos de un minuto en el cielo, mientras que las de estas aeronaves son mucho más persistentes en el tiempo llegando incluso a ser visibles durante varias horas.
Asimismo, la estela de un avión comercial es regular y no se cruzan entre sí, en oposición a las avionetas antilluvia que se caracterizan por su estela irregular y por hacer maniobras que dejan un rastro circular, en forma de un panel cuadricular, etc.
¿Ficción o realidad?
Las avionetas antilluvia ya son utilizadas por cerca de 40 países, aunque oficialmente solamente se han realizado experimentos en Australia, Israel, Rusia y China. De hecho, en muchos lugares de España, principalmente en el sureste, los agricultores han denunciado esta práctica a la Guardia Civil, porque aseguran que ha provocado el descenso brusco de las precipitaciones. Sin embargo, a pesar de las investigaciones aún no se ha constatado la existencia de las mismas.
Cómo controlar el tiempo
La función de la avioneta es que llueva en una zona determinada, evitando así que precipite en otro lugar
La Plataforma en Defensa del Medio Ambiente y la Naturaleza del Marquesado (Granada) y Río Nacimiento (Almería) y ASAJA han denunciado esta práctica porque aseguran que la desertización en estas zonas es progresiva a causa de las avionetas.
El presidente de la plataforma, Luis Ramírez, explica que esta situación ocurre desde hace unos 15 años en los meses de abril y octubre, coincidiendo con la implantación en la comarca del Marquesado de plantaciones industriales de lechuga. “El cereal era el cultivo tradicional aquí. Llevamos seis años sin recogerlo. El olivo va perdiendo productividad y este año se espera la peor que se recuerda. Solo queda algo de almendro pero con perspectivas desalentadoras” reseña Ramírez.
Sin embargo, estas denuncias no son las únicas. el pasado 18 de abril la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Almería, habilitó dentro de su página en Facebook un evento llamado Denuncias de avionetas antilluvia con el objetivo de que todas las personas que tengan vídeos o fotografías de estas aeronaves las compartan públicamente y así presionar y demostrar de la veracidad de esta técnica.
En oposición, desde la Consejería de Medio Ambiente, Pesca y Agricultura de la Junta de Andalucía aseguran que no tienen constancia de que se haya autorizado ningún tipo de vuelo con estos propósitos y que no pueden afirmar de que con los datos que disponen “exista o no causa efecto entre los vuelos de las aeronaves y las precipitaciones caídas”. Afirmación que concuerda con la de Jiménez, quien aclara que “la sequía no tiene nada que ver con la siembra de nubes” y que tampoco “tiene influencia en el clima”.
¿Quiénes son los responsables?
Los rumores culpan a las compañías aseguradoras para ahorrarse indemnizaciones por tormentas dañinas, parques solares que no quieren que nada se interponga entre ellos y el Sol e incluso al sector turístico. Claramente, muchas pueden ser las “manos negras” pero científicamente, por ahora, no hay pruebas de la existencia de estas aeronaves.
No obstante, la Guardia Civil tiene a disposición ciudadana, especialmente para los agricultores, un teléfono de emergencias 062 para que les informen si encuentran alguna evidencia de estas prácticas con el fin de poder constatar e investigar estos fenómenos. Fuente: Helena De La Casa Huertas Hernández. La Vanguardia