En la Sierra de la Pila, tenemos dos pueblos separados a escasa distancia. Hablamos de Peña Zafra de Arriba y Peña Zafra de Abajo (aunque no tienen tanta rivalidad como en el anuncio de televisión de Villa Arriba y Villa Abajo).
El toro se puede ver en Peña Zafra de Arriba y vuelve a estar en un sitio privilegiado, donde todos los visitantes de este pequeño pueblo limítrofe al parque Regional podrán admirarlo junto a la plaza de la iglesia.
Los inicios de este toro lo sitúan en «una importante plaza de fortuna», y que por motivos desconocidos fue devuelto a la cantera donde se esculpió y en ella ha permanecido abandonado hasta hace unos meses.
Se trata de una escultura tallada en piedra de unas medidas semejantes a las de un toro hispánico, cuyo autor se desconoce. Cuenta la historia que cierto día, apareció por Fortuna un personaje del norte europeo con mochila y aire extravagante, sin misión definida, que se interno por amplia comarca de esta villa, donde convivió con los naturales durante unos seis meses.
Una mañana, se acercó a las canteras de mármoles y piedra de las proximidades, trató con el capataz de una de ellas la adquisición de un bloque de piedra blanca de gran tamaño, que quedó tasado, pagado y de su propiedad, aquella misma mañana. Desde aquel momento, durante tres meses y provisto de cincel y mazo, comenzó su artística labor, dejando casi terminado un enorme ejemplar de toro hispánico, digno de ser contemplado, por su perfecta ejecución, belleza de líneas, gallardía y dimensiones, que se aproximan a los dos metros de largo por un metro ochenta de alto.
Y como sigue la historia de los lugareños, pasado un tiempo apareció una joven en un vehículo descapotable, localizó al artista espontáneo y se marcharon juntos a su país. Desde entonces nunca más se supo de él, y el toro quedó abandonado en la cantera.
Texto: José Antonio Lucas Miñano (Punto de Información del Parque Regional Sierra de la Pila)