Ruta del Vino de Bullas

La Ruta del Vino de Bullas está situada en la comarca del Noroeste de la Región de Murcia. El municipio de Bullas, considerado la puerta natural de la misma, es cabeza de un amplio territorio vitícola con unas características propias derivadas de su situación geográfica y climatología, en el que también se incluyen Cehegín, Mula, Pliego, Calasparra, Moratalla, Caravaca de la Cruz, Lorca y Ricote. Todos estos municipios conforman la Denominación de Origen “Bullas”.
Bullas, dista de la capital de la región 53 kilómetros, goza de excelentes comunicaciones con ésta a través de la Autovía del Noroeste-Río Mula.
Desde épocas muy remotas, las tierras de Bullas han mostrado una especial dedicación al cultivo de la vid y a la elaboración de vino, como se desprende del hallazgo en la villa romana de Los Cantos de la escultura del Niño de las Uvas o de la abundante documentación conservada en diversos archivos. Sólo en su casco urbano se conservan total o parcialmente más de 200 bodegas tradicionales, la mayoría de ellas construidas en los siglos XVIII y XIX.
Bullas, además de contar con sus ya conocidos atractivos naturales, arquitectónicos, históricos, artesanales, etc., es un municipio tradicionalmente ligado a la cultura del vino, que ha modelado a través del tiempo su entorno, su patrimonio y el modo de ser de sus gentes.
Bullas ha sido tradicionalmente una zona de producción de vinos tintos, lo que no impide que también se elaboren varios blancos y rosados de primero orden. La variedad predominante es la Monastrell, la autóctona de la D.O. y supone la inconfundible identidad del antiguo Reino de Murcia. De aspecto compacto, grano pequeño y con un color azul-violáceo muy intenso, proporciona una fuerte personalidad a los vinos de Bullas no solo por su color, aroma y sabor sino también por la abundancia en ella de componentes químicos que le otorgan propiedades beneficiosas para la salud.
Los recursos de la Ruta del Vino de Bullas permiten al visitante impregnarse de un ambiente único a la par que apreciar la tradición vitivinícola que caracteriza a este rincón de las Tierras Altas de Murcia. Todo ello convierte a Bullas en una auténtica “bodega natural”.
RECORRIDO
Durante el recorrido se visita,
Museo del Vino: Instalado sobre una antigua bodega tradicional, de las de mayor tamaño del viejo Reino de Murcia (con más de 110 tinajas y una producción anual superior a los 350.000 litros de vino). Es una construcción de principios del siglo XIX perteneciente en origen a una de las familias más ricas e influyentes de la comarca, los Melgares de Aguilar. El edificio tiene una superficie superior a los 1.400 m2 que se distribuyen en dos plantas, la que albergaba los antiguos jaraíces y la bodega propiamente dicha, en la que destacan las bóvedas de crucería, perfectamente conservadas y fabricadas con ladrillo artesanal de barro cocido. El Museo se ubica en la Avenida de Murcia y sus instalaciones incluyen, además de una tienda de productos enológicos, diversas salas para cata de vinos, exposiciones temporales y un aula para la realización de cursos y seminarios.
Bodega de la Balsa: Situada en la calle del mismo nombre, se trata de una bodega tradicional en desuso del casco antiguo de Bullas que conserva las primitivas instalaciones, además de contar con reformas y maquinarias de los años 50. Entre sus 23 tinajas se encuentra la que posiblemente sea la mayor de toda el área, con cerca de 10.000 litros de capacidad. Aquí se encuentra la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen “Bullas”, donde además se exponen y están a la venta todos los vinos de la zona. A pocos metros de esta bodega se pueden contemplar los restos de unas viejas instalaciones de fabricación de aguardientes procedentes del destilado del orujo de uva.
Casa-Museo Don Pepe Marsilla: En la calle Rosario, justo tras la iglesia parroquial, hallamos una antigua casa señorial, hoy sede de este Museo que recrea los modos de vida en Bullas a finales del siglo XIX. En su interior se conservan en perfecto estado tanto la decoración de estilo modernista de la parte residencial como las diferentes dependencias en las que se dividía la zona de labor. Su bodega, de gran tamaño, cuenta con 57 tinajas que podían producir hasta 140.000 litros de vino.
La Plaza de España y sus alrededores: Es el centro neurálgico de la población y también el punto de partida del recorrido por el casco antiguo de Bullas. Aquí se encuentra la escultura de bronce, obra de Rafael Pi Belda, que representa el pisado de la uva y sirve de homenaje a todas aquellas personas que han contribuido a forjar la cultura del vino en estas tierras. En la Plaza también se sitúan la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, monumento nacional, de estilo barroco murciano del siglo XVIII y la antigua Casa de los Melgares, hoy Casa de la Cultura, edificio modernista de 1925.
En sus proximidades encontramos la llamada Plaza Vieja (histórico centro social de la Villa y hoy lugar de celebración del mercadillo “El Zacatín”) y la Plaza del Castillo, donde antaño se ubicaba la fortaleza medieval de Bullas de la que aún se conservan algunos restos.
Torre del Reloj: También llamada de Santiago, fue construida en 1900 y servía para marcar los turnos de riego de los agricultores. Desde la terraza de su característico campanario se puede contemplar una magnífica vista de Bullas y de sus alrededores. En su entorno se celebra cada 25 de julio la Fiesta de Santiago, en la que destaca la quema de las “tarascas” una representación del comendador templario de Bullas Bermuda Menéndez y su esposa Raquel.
La Copa de Bullas: A 4 kilómetros de Bullas se sitúa la que es su única pedanía. Destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Consolación. La Copa es un pueblo de viejas y arraigadas costumbres, como la Fiesta de San Antón en enero, con su típico “Baile del Inocente”, verdadera reliquia del folklore regional o la de la Purísima Concepción en diciembre, con la característica Campana de Auroras que recorre todas las calles de la población.
Parajes naturales: Bullas destaca por la abundancia de parajes de singular belleza. El curso alto del río Mula es un verdadero monumento natural donde habitan numerosas especies animales y vegetales. En él destaca especialmente la cascada que se conoce como Salto del Usero, uno de los puntos más emblemáticos de Bullas. A lo largo del río se conservan los antiguos molinos harineros (el de Arriba, el de Enmedio, el de Abajo…) que aprovechaban la fuerza de las aguas para realizar su trabajo. Montes como el Castellar, lleno de mitos y leyendas y que todavía posee restos de una antigua fortificación árabe y valles como el del Aceniche, declarado como Zona de Especial Protección de Aves, son ejemplos de la riqueza natural que tienen las tierras de Bullas.
Bodegas modernas: Seis son las bodegas integradas en la Ruta del Vino y que ofrecen la posibilidad de ser visitadas:
• Bodegas del Rosario: Esta cooperativa es la más antigua (fue fundada en 1950) y de mayor volumen de producción. Conserva instalaciones originales de aquella época entre las que destacan la fachada principal y la “Sala de los Mosaicos”.
• Bodega San Isidro: Se trata de una cooperativa situada en el Polígono Industrial Marimingo. Cuenta unas instalaciones de avanzada tecnología.
• Bodegas Madroñal: En la Cañada del Siscar, cerca de la carretera que une Bullas con su pedanía de La Copa se encuentra esta pequeña bodega familiar donde se cuida especialmente el cultivo del viñedo dedicado exclusivamente a la producción de vinos tintos de calidad.
• Bodega Balcona: El incomparable marco del Valle del Aceniche, a 800 metros de altitud, alberga esta bodega perteneciente a una familia de gran tradición viticultora.
• Bodega Monastrell: También en el Aceniche se sitúa esta moderna bodega que apuesta con su nombre por la variedad de uva autóctona, la Monastrell, y tiene como único objetivo la calidad en sus vinos.
• Bodega Molino y Lagares: Se encuentra en el paraje de la Venta del Pino, rodeada de montes (como la sierra de la Lavia) y en una zona ideal para el cultivo del viñedo a más de 800 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Aunque la Ruta del Vino de Bullas transcurre principalmente por el municipio homónimo, el territorio vitivinícola que éste encabeza es mucho más amplio, ofreciendo una gran cantidad de recursos turísticos que obligan a dedicar varios días a la visita.
El recorrido comenzaría en la propia Bullas, donde se puede apreciar la cultura vitivinícola con su arquitectura del vino reflejada en las bodegas tradicionales repartidas por todo el casco antiguo, con sus características tinajas semienterradas. El Museo del Vino se convierte en el punto de referencia, mientras que los modernos centros de producción vinícola y los característicos viñedos completan la visita.
El municipio Cehegín ofrece uno de los cascos históricos mejor conservados de la Región, así como una gran riqueza forestal a lo largo de su territorio.
Caravaca de la Cruz, cabeza de la comarca del Noroeste murciano, es un auténtico centro de peregrinación gracias a la reliquia de la Santísima y Vera Cruz, custodiada en su alcázar-santuario, mientras que las Fiestas de Mayo, precisamente en su honor se encuentran declaradas de Interés Turístico Internacional. Caravaca celebra un Año Jubilar a perpetuidad cada siete años.
Moratalla es otra antigua villa, con un hermoso casco antiguo coronado por un castillo medieval. Su término municipal, de los más extensos de España, cuenta con una gran riqueza natural y paisajística y en él se sitúa Revolcadores, el techo de la Región de Murcia.
Calasparra es particularmente conocida por su producción de arroz, cultivado a orillas del río Segura. El propio río nos ofrece un espectacular paraje, el Cañón de Almadenes, donde además de admirar su belleza se pueden practicar deportes como el descenso en piragua.
También Mula es una localidad de interés, con su castillo de los Vélez, del siglo XVI y un buen número de casas señoriales que nos hablan de su glorioso pasado.

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