¿A cuántas personas, artesanos y comerciantes reúne Ruralmur en la actualidad?
Son ya casi cuatrocientos, con un crecimiento exponencial además. Sólo podemos agradecer a todos que se estén sumando a esta iniciativa en pos de la conservación de nuestra identidad. Estamos en este momento habilitando nuevos medios y ampliando el equipo humano para dar pronta respuesta a las docenas de solicitudes que recibimos a diario.
¿Cuál cree que es el estado del sector turístico de interior en la Región?
Llevamos 5 años trabajando y dando un soplo de aire fresco al turismo rural del interior de la región de Murcia, un diamante en bruto aun sin pulir. Para ello estamos preparando un proyecto a nivel regional que coordinará y unirá a todas las partes implicadas para que trabajen en la misma dirección, apoyándose y complementándose unas a otras, con el fin de que el turista disfrute del entorno y el paisaje, quede prendado de la gastronomía, descubra su patrimonio cultural y recorra esos rincones únicos que tiene nuestra región, repercutiendo en el crecimiento económico de los municipios del interior.
¿Hacia dónde considera que marcha el sector?
Pues la apuesta es la incorporación de estrategias nuevas de comunicación, la revolución digital y la implantación de nuevas tecnologías en la distribución y comercialización. Es rotundamente compatible con el mantenimiento de los procesos artesanales el deber adaptarse al mercado global y la creación de marca en las mejores condiciones posible.
¿Cree que se tiene apoyo suficiente de la Administración o habría que apoyar más?
La administración ha de entender que la artesanía no es una mera actividad económica más. Es la base de la historia, las tradiciones, las costumbres y la cultura popular hecha por las manos de quienes aman a esta tierra con pasión. Es la transmisión de los más elementales valores de sentir y vivir con pertenencia a tus raíces murcianas. Es, además, la recuperación del ADN que nos ha hecho diferentes y del respeto a nuestros ancestros. Son argumentos que debieran pesar lo suficiente para que el apoyo sea decidido, sin ambages ni fisuras. En este punto hay mucho camino por recorrer.
¿Qué iniciativas y propuestas llevan entre manos en la actualidad?
Pues son muchas, la implantación de un sello de calidad, el apoyo en la implantación de nuevas tecnologías, la difusión a través de nuevos canales de comunicación, el reconocimiento público con el otorgamiento de unas distinciones anuales, la generación de nuevas iniciativas empresariales en este campo, las exposiciones de trabajos, la formación especializada en oficios tradicionales, y muchos más. Ideas desde luego no faltan en este equipo que tengo el honor de coordinar y dirigir.
¿Es cada vez más importante el respeto al medio ambiente cuando hablamos de turismo?
Sin duda. Forma parte del acervo cultural y constituye un pilar básico en la construcción de una identidad. En Murcia además tenemos la mejor luz natural del mundo y la práctica totalidad de ecosistemas. Además no solamente es capital para el turismo sino para el progreso económico y social. Genera valor para sectores como la agricultura, la pesca, la enología, la ganadería, para deportes como vela, caza, pesca, trekking, cicloturismo y para la plasmación de un paisaje en la obra plástica, literaria y cinematográfica de los creativos murcianos. Si no empezamos por el compromiso con el medio ambiente no construiremos nada positivo.
¿Cuál es su rincón favorito en Murcia, donde se perdería?
Pues soy un enamorado de mi tierra sin duda alguna. Me encanta el litoral mediterráneo, somos una ventana al mar y en algunos sitios de la costa entre Cartagena y Águilas he encontrado una belleza sin parangón. Al ser de Blanca también diré que en este municipio hay parajes impresionantes. Es desde luego en la zona del Valle de Ricote, descubriendo senderos, villas antiguas y cultivos ancestrales donde me siento inmensamente feliz.
¿Seguirá estando cada vez más de moda lo ‘casero’ y tradicional?
Por supuesto. Y el motivo no hay que buscarlo en la frivolidad y en la moda, sino en la calidad. Al final resulta que la artesanía, en el sentido de hacer bello lo que es útil, es la primera manifestación artística y cultural de la historia. Es además uno de los tres baremos por los que la UNESCO mide el grado de civilización de un pueblo. La gastronomía y la música son los otros dos. Y en esos también en Murcia tenemos mucho que decir. Todavía no se entiende que es desde nuestra más estricta esencia desde donde debemos proyectarnos con singularidad hacia el futuro.